Radio Rivadavia no dejó de emitir un solo minuto desde el anuncio de la quiebra, en octubre de 2017. Recibiendo una miserable prorrata durante este período, los trabajadores de la emisora garantizaron una continuidad que fue clave, imprescindible, para intentar una salida que contemplara la continuidad laboral, sin dejar de reclamar deudas pre y post quiebra.

El proceso judicial inexorable que supone una quiebra tuvo que tener en cuenta, desde el primer momento, esa férrea actitud de todos los trabajadores y de sus 4 organizaciones (AATRAC, UTPBA, SAL, SUTEP), dispuestos a que en el argot de las decisiones, traslados, escritos, medidas, proveídos nunca se perdiera de vista que los actores excluyentes de que la radio siguiera siendo un presente permanente –y no apenas un lamento evocativo de lo que fue- eran –son- los técnicos, operadores, periodistas, locutores, administrativos, irradiando un ejemplo de lucha, compromiso laboral y profesional, dejando un testimonio muy fuerte de resistencia en tiempos de una gran adversidad económica, política y social.

Los trabajadores dieron –dan- todo para lograr una salida, que tenga en cuenta sus prioridades. Todo es todo: poner en riesgo su salud, sufrir una miserable prorrata, ser ninguneados por la Sindicatura, atravesar una sobrevivencia  dolorosa –individual y familiar-, padecer versiones que jugaban al desgaste, ser sujetos de una subasta, aceptar algunas condiciones sólo por tener en claro el objetivo de semejante lucha.

Frente a esto, el elogio, la compasión y el supuesto reconocimiento hacia los trabajadores por parte  del resto de los que intervienen en el tema Rivadavia, no puede evitar la hipocresía de formularse desde la defensa de intereses que se desentienden de la verdadera solución del conflicto. Resoluciones judiciales, apelaciones, traslado a la Sindicatura, informe, nueva presentación, son parte de la trama formal que aleja a Rivadavia de una definición que no puede demorarse más.

Hace mucho tiempo que el futuro de decenas de trabajadores de Radio Rivadavia y sus familias está reclamando que los que tienen una responsabilidad para encontrar esa solución se pongan a la altura del compromiso digno y consecuente de quienes no se entregaron nunca a la resignación. Que garantizaron el aire y no están dispuestos a quedar en el aire.