Los trabajadores de radio Rivadavia (operadores, locutores, administrativos, prensa) se movilizarán el próximo miércoles 12 hasta el juzgado 25 para reclamar aquello que vienen planteando desde el día en que se anunció la quiebra de la empresa: preservación de todos los puestos de trabajo y de la fuente laboral. Un objetivo en el que aportan un aspecto clave para resolver una situación gravísima, como lo es la continuidad en el aire de la emisora.
El personal de Rivadavia decidió en asamblea convocarse frente al juzgado 25, secretaría 50, ubicado en Callao 635, el miércoles 12 de diciembre a partir de las 10 horas, para reiterar su postura en defensa de los puestos de trabajo, luego que una última resolución del juez Horacio Francisco Robledo diera por caída la propuesta de avenimiento apoyada por los trabajadores y resolviera seguir con el proceso de la quiebra, cuyo próximo paso es volver a llamar a una subasta, una experiencia que ya atravesó por dos fracasos anteriores.
Los trabajadores y sus organizaciones (AATRAC, SAL, UTPBA, SUTEP) ven como un auténtico desguace si no se garantiza la continuidad de todos los puestos de trabajo, entendiendo que todas las condiciones a favor creadas por los trabajadores de la radio en estos 14 meses de decretada la quiebra (que permitieron que ésta fuera con continuidad de la empresa, cobrando en prorrata, ejerciendo una tarea profesional impecable y comprometiéndose a pleno con el objetivo planteado), se las llevarían puestas los intereses comerciales y personales de los distintos actores, desnudando una política de desgaste que se trató de ocultar con frases protocolarmente sensibles.
Contra esa posibilidad (terrible, nefasta) se movilizarán los trabajadores de radio Rivadavia, sus familias, AATRAC, SAL, SUTEP, UTPBA, en una nueva demostración de lucha, compromiso y coherencia; una demostración que reniega del lamento y se aferra a la resistencia; que no se permite el llanto y respira convicciones. Que está dispuesta a pelear por lo que le corresponde, mientras les dice a los demás que se hagan cargo de las consecuencias de una decisión injusta, miserable. Brutal.