-No, comisario –dijo pacientemente Daniel-, usted sólo ha demostrado que la realidad es siempre más amarga de lo que tenemos derecho a suponer.-
Variaciones en rojo, Rodolfo Walsh
Por Leticia Amato (*).- Resulta difícil esquivar la primera y rauda asociación que se produce al escribir su nombre. Casi imposible evitar pensar automáticamente en su principal novela, jamás galardonada pero absolutamente significativa en términos políticos, para la vida, la historia y la literatura argentina. Claro, se trata de Rodolfo Walsh y Operación Masacre.
¿Por qué Operación Masacre, publicada en 1957, trazó una marca que –afortunadamente- ni la tiranía del tiempo, ni del olvido, ni la censura, ni el horror de la última dictadura militar han logrado disipar? Una de las claves que le brinda un valor superlativo a este texto está dada por la doble cualidad de haberse constituido tanto en singular obra de arte literaria, como en documento político ineludible de la historia argentina.
Walsh construyó esta novela mediante procedimientos literarios desconocidos hasta entonces que combinaron elementos de carácter testimonial con un cierto grado de ficcionalidad. Así, hechos objetivos de la realidad en torno al fusilamiento clandestino de un grupo de detenidos ilegalmente, en la localidad bonaerense de José León Suárez, sumado a la improbable e inverosímil –pero cierta- supervivencia de siete de ellos, se cristalizan gracias a la presencia de un narrador-investigador que va ordenando cronológicamente los acontecimientos.
Como si de una investigación detectivesca se tratara, al mejor estilo policial negro norteamericano –género que Walsh había traducido y que dominaba muy cómodamente- el autor pone a disposición del lector una serie de datos que le permiten rearmar paulatinamente la complejidad del caso y finalmente completar el sentido de la denuncia que formula.
Precisamente, la manera en la que Walsh combinó la estructura y el tema, es decir la forma y el contenido, de Operación Masacre resultó a tal punto novedosa que es acertado aseverar que el texto funda un nuevo género literario: el género non-ficción; técnica que más tarde otros autores retomarían para dar cuenta de crimines y atrocidades ocurridas en la región, como es el caso de, entre otros, Truman Capote con A sangre fría (1966) o Elena Poniatowska con La noche de Tlatelolco (1971).
Si bien es habitual arribar a la figura de Rodolfo Walsh a través de, nada menos que, Operación Masacre, cabe preguntarnos ¿en qué consistió la obra literaria de Walsh antes de este paradigmático texto?
En cuanto a su estilo, Ricardo Piglia definía la narrativa de Walsh de esta manera: sobre lo que yo creo que hay que insistir muchísimo, es el que es uno de los tipos que mejor escribe la lengua. Tiene un estilo formidable. Es un tipo al que le cuesta mucho este estilo. No tiene nada de facilidad. Su obra prueba que es un tipo que trabaja mucho los textos, pero consigue un grado de precisión y de “tono oral” que es formidable.
La producción literaria de Walsh previa a la publicación de Operación Masacre también contiene relatos de una enorme riqueza en términos de estilo y originalidad y nos brinda pistas acerca del futuro derrotero narrativo por el que transitará luego. Ejemplo de ello es el texto Variaciones en rojo (1953), publicado cuatro años antes que Operación Masacre, compuesto por tres narraciones breves al estilo Sherlock Holmes en los que ya se aprecia su exquisitez lingüística y la influencia del género policial clásico, aunque aún no esté visiblemente definido el contenido político que caracterizó al resto de su obra.
Finalmente, el escritor y docente David Viñas, quien estudió concienzudamente la obra completa de Walsh en clave histórico-política, señala que existe un desplazamiento esencial en Walsh que está dado en el pasaje del juego, es decir del cuento de intriga, del juego de palabras (influencia de Borges) y del juego del ajedrez, que es Variaciones en Rojo, a la guerra, se acabó el juego con Operación Masacre. El público del primer Walsh es una colección de doctores Watson. Pero la historia en términos políticos, que está excluida al comienzo de la obra de Walsh, lo agarra, lo atrapa y lo pone en movimiento en otra zona. Acá también va a producirse un desplazamiento en la literatura de Walsh que lo llevará luego a un tipo de policial negro en el que todo se ha mafiatizado, no hay simplemente alguien a quien buscar sino un complejo de cosas. De Variaciones en Rojo a Operación Masacre Walsh pasa del desciframiento individual a una complejidad mucho mayor, vertiginosa, que incluso deglute al propio detective.
(*) Periodista. Secretaria de Asuntos Profesionales de la UTPBA e integrante de la Secretaría de la Juventud de la FELAP.