Entrevista: Luisa Valmaggia
Por Leticia Amato(*).- Luisa Valmaggia es periodista, trabajadora de prensa. Lleva más de treinta años de trayectoria en el ejercicio de la profesión en diversos medios de comunicación, radiales y televisivos. Su voz amable y firme ha recorrido un largo camino que hoy la encuentra en la conducción de “Atando Cabos”, de lunes a viernes por Radio Cooperativa. En una charla con Movimiento Continuo habla acerca de la profesión, de la agenda que imponen los grandes medios y de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y de la nueva etapa política en el país.
– ¿Con qué medios te informás? ¿Cómo encarás tu día laboral?
-Creo que prensa “hegemónica” hay que leer porque representa a una porción de la sociedad de los grupos concentrados. En ese sentido yo leo La Nación de papel que llega a mi casa. Una manera de desayunar con cicuta, de empezar mal el día (risas). Es increíble la manipulación, la mentira, la tergiversación y el ocultamiento. Porque una cosa es la editorial, la posición del diario con la que podes estar de acuerdo o no, pero las noticias están totalmente contaminadas y desvirtuadas, hay una manipulación de la noticia espantosa como no he visto a lo largo de todos estos años. Clarín lo he dejado de leer, me resisto a leerlo porque me enoja y me pone de mucho mal humor. Después voy por internet, Página 12, Tiempo Argentino, distintos portales, las agencias de noticias y demás. Ahí detecto los temas que me parecen más importantes y comenzamos con la producción del programa a intercambiar opiniones y propuestas. Más que personas buscamos temas. Estamos en sintonía con el equipo, sabemos qué es lo que perseguimos con nuestro trabajo.
– ¿Buscan correrse de los temas que instala la agenda de los grandes medios?
-Me cuesta mucho porque por un lado hay que salir a discutir para que no queden instaladas algunas noticias como verdaderas. Por otro lado la audiencia de Radio Cooperativa es hiper politizada y militante, entonces traen los temas y también marcan nuestra agenda. Por eso a veces es difícil corrernos de la agenda que se marca, aunque lo intentamos. “Atando Cabos” es un es un programa muy rico, de mucho intercambio, aun en disidencia.
– ¿Qué pensás sobre al ejercicio de la profesión durante estos años?
-Sigo creyendo que han sido 12 años de los más ricos que hemos atravesado históricamente los periodistas, que nos han permitido pararnos en un lugar no neutral. Creo que está bien salir de la zona de confort en la que uno trabajaba, autoproclamándose independiente y aséptico. Está claro que no hay asepsia, que comunicas en un sentido o en otro y eso ha sido un avance, con todos los riesgos que eso implica, como que no te den una nota nunca más o que no puedas financiarte.
– ¿Qué balance podes realizar respecto a la implementación de la Ley Servicios de Comunicación Audiovisual desde su sanción en 2009?
-Creo que es una gran ley, pero una cosa es lo que aparece en la letra de la ley y otra cosa es ponerla en práctica. En este sentido uno de los grandes problemas que se presentan es la financiación. Los canales, los medios alternativos tienen que sostenerse, y eso es una dificultad inmensa. Las fuentes alternativas de financiación se hacen de muy complicado acceso, entonces la multiplicidad de voces resulta escasa o luego con el tiempo no se puede sostener. Todavía hay que buscarle la vuelta para que no quede en una buena intención y la ley se haga efectiva en toda su dimensión. Hay pauta publicitaria que va siempre para los mismos medios. Hay empresarios de grandes medios que han recibido pauta publicitaria pero no la han utilizado a mi juicio correctamente para tener buena programación, buenos profesionales. Ha habido mucha utilización, bajo el pretexto de que aparecen nuevos medios, para llenarse los bolsillos. Ha habido necesidades que se han cubierto no de la mejor manera. Más allá de toda la resistencia que ha recibido para su implementación por parte de los grupos concentrados y la justicia es necesario revisar de qué mejor manera se puede avanzar.
– ¿Qué opinión te merece la editorial del diario La Nación publicada el día después de haber ganado Mauricio Macri las elecciones presidenciales?
No es casual que haya salido esa editorial inmediatamente después de haber sido elegido Macri como presidente. Una semana antes ya venían con las amenazas a la ex Esma, los dichos de Marcos Aguinis sobre madres y abuelas de plaza de mayo a las que llamó viejas despreciables, o el grafiiti que apareció en la Casa de la Memoria en Morón. Todo esto indica que hay sectores de la sociedad que claramente no están derrotados, que están agazapados, al acecho y que entienden que hoy con este gobierno de Mauricio Macri tienen mayores posibilidades de revertir este proceso de búsqueda de verdad y justicia que felizmente es política de Estado. Así y todo considero que existe un sector muy importante de la sociedad que lo abraza y lo va a defender.
Diez años atrás era impensado ver a los trabajadores del diario La Nación, desde la propia redacción repudiando ese editorial, sacando una foto, poniendo sus caras. Se ha ido formando una masa crítica que al menos va a oponer resistencia.
El diario La Nación marca lo que representan los medios de la nación y también lo que piensa un porcentaje importante de la sociedad. Pero también se ha creado masa crítica y están los anticuerpos necesarios para resistir estos intentos de retroceder. Habrá que estar muy atentos porque va a haber acciones más sutiles y más solapadas.
– ¿Si haces una proyección de nuestro país hacia un futuro a corto plazo, cómo lo encontras?
-Me cuesta muchísimo imaginármelo. Me cuesta mucho porque también el mundo es muy veloz y cambiante y no puedo pensar a la Argentina descontextualizada de la región y del mundo y de todo lo que está ocurriendo hoy. Creo que en la región también se observan intentos de dar marcha atrás, cuando por ejemplo, lo escucho a Mauricio Macri decir que tenemos que volver a recostarnos sobre el acuerdo del pacífico, que no es más que una respuesta de los EE UU al ALBA, o cuando Mauricio Macri pide la utilización de la cláusula democrática para Venezuela… no puedo decir cómo me imagino a la Argentina de aquí a cinco años, porque dependerá también del contexto regional, de lo que hagan los otros gobiernos y de lo que ocurra en el resto del mundo. Sí estoy segura que vienen por delante años de una intensa movilización y lucha para sostener lo conquistado hasta acá o habrá enormes riesgos de perderlo. Serán años de volver a generar masa crítica, de mucho trabajo y de mucha intensidad. No está mal en un mundo atravesado por tantos dilemas y tantos desafíos.
(*) Periodista