P- ¿Cuáles son las dificultades que estás atravesando en el plano personal, profesional o laboral en el marco de la pandemia?
Creo que la pandemia dejó expuestas las condiciones de vida en miles de millones de personas en este mundo, y en muchos casos agrandó las diferencias entre pobres y ricos. Aquí quedó en claro, al menos para mí, que, si el Estado nos hubiera cuidado, no tendríamos un 50 por ciento de pobres, millones de desocupados, un 40 por ciento de la fuerza laboral en negro y una inflación galopante desde hace años, solo por mencionar algunos parámetros. En ese contexto, que te tiren 10 lucas cada cincuenta días y además tengas que dar las gracias parece una cargada.
P-¿Qué opinión te merece la falta de respuesta ante nuestro reclamo con respecto al predio de UTPBA en Moreno?
Lamentablemente no me sorprende que vivamos una situación como esta. Es
el resultado, por un lado, de la mafiatización de la política y por otro el
precio que tarde o temprano iba a pagar la UTPBA por no dejarse llevar de las
narices por ningún partido político. La independencia se paga, y es el precio
que la organización está pagando en estos momentos.
Tampoco puede sorprender el silencio del gobierno nacional, provincial ni
municipal ni de sus organizaciones sociales aliadas, acostumbrados a hacer
solidaridad con la guita ajena, en este caso con la guita de la UTPBA y de los
miles de periodistas y trabajadores de prensa que la conforman. Lo que sí
indigna, y mucho, es el silencio y las actitudes de algunos, otrora
“revolucionarios”, que patéticamente y sin ninguna autoridad política
hacen la ve de la victoria. La UTPBA no se entrega. La impunidad no va a ser
eterna, tampoco para ellos.