P- ¿Cuáles son las dificultades que estás atravesando en el plano personal, profesional o laboral en el marco de la pandemia?
R- Como todos, tuve que acostumbrarme a la nueva modalidad de trabajo a distancia que fuimos “inventando” sobre la marcha. Quizás, ser tan veterano me ayudó a sortear con cierta paciencia tantos cambios. Cuando comencé en la profesión escribíamos en las Lexicon 80 de Olivetti, hoy son piezas de museo. En las redacciones ya no hay papel, no existen las teletipos, no encontrás un fax… Estoy hecho a cambios. Claro que esto fue diferente. Tanto que aún se padece tener que hacerse cargo de solventar uno mismo servicios de cable, internet, telefonía, computación, porque las empresas y organismos públicos no lo tienen en cuenta. Y ni hablar del vínculo con el otro, el par, con el que tenés que ponerte de acuerdo para pelear por tus derechos. Hay que trabajar en eso.
P- ¿Qué opinión te merece la falta de respuesta ante nuestro reclamo con respecto al predio de UTPBA en Moreno?
R- La frase de Séneca que reza “la justicia que llega tarde no es justicia” es la más indicada para reseñar lo que viene ocurriendo con el reclamo que la Utpba sostiene respecto de la usurpación y despojo del camping de Moreno. El mirar para otro lado de parte de los encargados de impartir justicia en este caso no puede ser otra cosa que un acto de complicidad incalificable.