Lula quedó limpio de culpa y cargo, y si se lo propone podría ser candidato a Presidente de Brasil. Cuando lo fue llevó adelante una política económica y social que sacó a casi cuarenta millones de personas de la pobreza.
Cumplió entonces con uno de los más extraordinarios propósito de su gestión: atacar profundamente un grave problema de índole estructural.
“Estaba seguro de que la verdad vencería, y ese día llegó”, dijo Lula.