El 94% de los montevideanos dejó de beber agua corriente y se pasó a la envasada, según recientes informes difundidos en el marco de la peor crisis de sequía en Uruguay en los últimas 7 décadas. Esta grave situación (que se extendió por 3 años) dejó más de 1.880 millones de dólares en pérdidas y más de 1,7 millones de seres humanos afectados.
Luego que el gobierno anunciara “que en diciembre de 2023 se observaron condiciones normales de precipitaciones”, especialistas en el tema afirmaron que “faltó planificación ante la falle estructural, ya que en Uruguay más del 40% del agua potabilizada se pierde por roturas en las vetustas cañerías”.