De los datos oficiales referidos a vacunas aplicadas en todo el mundo para enfrentar al Covid-19, se sabe que, hasta el momento, poco más de 30 millones de personas fueron vacunadas. En el planeta hoy somos más de 7 mil millones de habitantes.
Sin desconocer la magnitud de las campañas masivas de inmunización y sus lógicas dificultades operativas, cabe reiterar –como se ha dicho hasta el cansancio- que la salud no puede ni debe ser víctima de las especulaciones financieras de la industria farmacéutica internacional, de las imposiciones de los países más poderosos a los más necesitados y de la arbitrariedad en las decisiones en que está en juego la vida de miles de millones de seres humanos.
Se trata de vacunar a la mayor cantidad de personas en el menor tiempo posible y para eso es necesario, además de más producción, mejor logística, nada de improvisación, nada de incertidumbres y cero especulaciones.