El Banco Mundial (BM), la supuesta Agencia de Ayuda a los Refugiados (Acnur), y la oposición apátrida instrumentaron la migración al politizarla y magnificarla con el objetivo de obtener beneficios políticos con el fin de presentar al gobierno del presidente Nicolás Maduro como una “dictadura” que persigue a quienes se oponen y, por ello, huyen del “régimen socialista” buscando “refugio y asilo” en otras naciones democráticas.
Presentan a la opinión pública internacional cifras “maquilladas” exorbitantes que colocan a la República Bolivariana de Venezuela como un gobierno forajido que irrespeta los derechos humanos de sus connacionales.
“Venezuela está entre los países con más emigrantes, 5.415.337 venezolanos viven en el extranjero, un 19,01% de su población. La emigración femenina, 2.810.135 mujeres un 51.89% del total de emigrantes, es superior a la masculina, 2.605.202 emigrantes varones, que son el 48.10%”, dicen.
Estas cifras son presentadas por Acnur, reproducidas por el BM y difundidas en gran parte del mundo con el respaldo de la mediática globalizada. En todos los informes que publica la gran prensa y las redes sociales nada mencionan del bloqueo comercial, económico y financiero, las medidas coercitivas unilaterales y demás sanciones impuestas por la administración de Estados Unidos y la Unión Europea desde tiempo de Barack Obama (2015), pasando por el supremacista Donald Trump y el nuevo huésped de la Casa Blanca, Joe Biden. La persecución financiera es implacable.
Los números que difunden son apabullantes. Señalan que Latinoamérica ha vivido una larga historia de flujos migratorios, sin embargo hoy atraviesa un éxodo sin precedentes: desde 2016, donde más de 4,6 millones de mujeres, hombres y niños han salido de Venezuela “en busca de un futuro mejor.”
En la narrativa de ambas instituciones subrayan que “la migración venezolana es la mayor movilización humana de la historia reciente de la región. Los migrantes huyen de la crisis humanitaria y económica que ha deteriorado la seguridad ciudadana y los estándares de vida en ese país”.
La realidad que ocultan es que los ingresos por exportaciones del Estado arrojaron un registro negativo en 2020, lo que marcó 99% en pérdida de las divisas que ingresaban al BCV.
Y para darle más fuerza a su narrativa han acuñado el término “refugiados”, que el Gobierno de Venezuela rechaza, y además explica que la Organización Internacional de Migración (OIM) de la Organización de Naciones Unidas (ONU), sólo aplica la categoría de “migrantes por razones económicas” a los que abandonan sus pueblos
La mayoría de los connacionales seleccionan a Colombia, Chile, Ecuador y Perú como destino, pero en estas naciones se desató odio y persecución. La oposición de nuestro país inició la campaña de éxodo, pero luego dijo que eran “agentes del chavismo” que tenían como misión desestabilizar las “democracias de esas naciones”.
Luego cambiaron la narrativa y colocaron un valor para atender la supuesta “crisis humanitaria venezolana”. Así, el Gobierno de Estados Unidos dijo enviar 656 millones de dólares a nuestro país entre los años 2017 y 2019 destinados a la supuesta ayuda humanitaria, pero no se vio reflejado en ninguna acción social. Asimismo, la Unión Europea destinó 35,1 millones de euros a gobiernos vecinos que pusieron precio por cada venezolana y venezolana que llegaron a esos países. Lo cierto es que muchos regresaron, por voluntad propia y por el programa “Vuelta a la Patria”, implementado por el presidente Nicolás Maduro Moros, pero son datos que esconden tanto la ACNUR como el BM y la oposición venezolana.
Sin negar la situación de la migración, vale decir que es falsa la cantidad que difunden las organizaciones arriba mencionadas y sectores golpistas opositores, quienes utilizan el tema en busca de dividendos políticos y lucro.
Lo último que utilizan como campaña es que los migrantes huyen del “régimen socialista y dictatorial de Maduro”, pero en realidad abandonan sus pueblos por la pobreza y la miseria creada por el capitalismo.