P- ¿Cuáles son las dificultades que estás atravesando en el plano personal, profesional o laboral en el marco de la pandemia?
R- Me recluí y me cuido al extremo. Tener la salud débil en este contexto es muy difícil, pero gracias a la solidaridad de los compañeros y compañeras de la UTPBA que me ayudaron con los traslados, he podido atenderme.
La suba de los servicios, los aumentos de precios, etc, hace que sea imposible mantenerse económicamente. Lo único que me llena de satisfacción estas circunstancias es la solidaridad y la familia.
P-¿Qué opinión te merece la falta de respuesta ante nuestro reclamo con respecto al predio de UTPBA en Moreno?
R- Se me mezclan sentimientos, tengo bronca. Considero que quienes están en la gestión actual también fueron mis compañeros en Derechos Humanos hace muchos años. Cuando pedí respuesta frente a lo sucedido sólo hubo silencio, y eso que vivo y milito en Moreno hace años.
El que calla otorga y como siempre decimos en la UTPBA la peor opinión es el silencio. Con su silencio son cómplices ¿Porqué comenzaron a destruir y a penetrar en nuestro espacio recreativo que tanto le servía a compañeros y diferentes gremios de la zona? ¿Qué quieren lograr destruyendo un lugar de trabajadores de prensa? ¿Por qué usurparon nuestro camping? ¿Hay una cuestión de clase? Nos subestiman al no contestar, somos trabajadores, periodistas que pusimos el cuerpo en los medios. Nos están robando.
Este vandalismo comenzó con el boom inmobiliario. Comenzaron a destruir, a robar y hasta secuestraron a quienes cuidaban el lugar. La usurpación comenzó maquillada en vandalismo. Todo lo que está pasando nos está causando mucha amargura.