P- ¿Cuáles son las dificultades que estás atravesando en el plano personal, profesional o laboral en el marco de la pandemia?
R- Padecí incertidumbre como muchos argentinos. No sabíamos que iba a pasar mañana. Recibíamos infinidad de noticias de las autoridades. Mis ingresos bajaron. Los municipios bajaron las pautas comerciales. Luego de que mi marido falleciera por un ACV, logre un contrato con la unidad de Relaciones Institucionales del Conicet, lugar donde trabajaba mi marido. Al tiempo me dieron de baja el acuerdo.
Tuve que reinventarme, me capacité en Fito y Dieto-terapeuta, y capacito a las personas para que se realicen “autotratamientos naturistas”, siempre acompañando sus tratamientos médicos. También tuve que prescindir de la colaboración de una columnista, para la edición de gacetillas para mi portal de noticias.
Entiendo que muchos colegas, al igual que yo, tuvimos que respirar hondo y suspender aquellas relaciones y acuerdos con perspectivas de crecimiento económico. ¿Quién iba a imaginar un encierro con restricciones tan severas? Si bien nosotros, los periodistas, podíamos trabajar, no hubo ayuda Estatal para nuestra profesión.
P-¿Qué opinión te merece la falta de respuesta ante nuestro reclamo con respecto al predio de UTPBA en Moreno?
R- Lamentablemente no me sorprende, en este país hace rato que la propiedad privada corre riesgo de ser arrebatada por organizaciones o integrantes de organizaciones cercanas a los gobiernos locales, provinciales o nacionales.
Acompaño a Propietarios Usurpados de Argentina, y hay integrantes de este colectivo, que llevan décadas tratando de recuperar sus propiedades.