Por Juan Carlos Camaño (*).- Latinoamérica está considerada la región más desigual del planeta. Es el resultado de las políticas económicas y sociales que el capitalismo implementó a lo largo de la historia a través de gobiernos entregados a las decisiones-imposiciones de EE.UU.
Antes de la última década y media, los golpes de Estado producidos por dictaduras cívico-militares, varias de ellas sanguinarias, y procesos democráticos de diferentes signos políticos, provocaron, salvo poquísimas excepciones, más pobreza y más desigualdad.
Desde finales de los años noventa hasta el presente, casi 100 millones de personas fueron sacadas de la pobreza, pasando a ocupar la franja de “clase media”. El dato surge del estudio hecho por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD-. El período en cuestión coincide, mal que les pese a los neoliberales –capitalismo puro y duro- con la gestión de gobiernos que en el marco de la integración bregaron de manera sostenida en favor de políticas sociales inclusivas: independiente de los dictados del mercado.
En su informe el PNUD destaca que en Latinoamérica y el Caribe bajaron las tasas de desnutrición infantil y mortalidad materna, y que al mismo tiempo más de 50 millones de personas ingresaron al mercado de trabajo.
La caída del precio del petróleo y de las materias primas –cosa que no ocurre como consecuencia de fenómenos naturales-, sumada a una vuelta más de rosca en el campo de la explotación laboral a cambio de salarios basura y a la puesta en marcha de un nuevo ciclo de transferencia de recursos hacia el poder económico y financiero más concentrado, han provocado despidos y un mayor número de empleos sin ninguna cobertura social.
Estamos en la antesala de días peores, lo que hace que 100 millones de personas teman volver a un pasado degradante e invisible. La actual acción de desprestigio desplegada contra los gobiernos progresistas no sometidos al imperialismo, tiene así una sola explicación: regresar al infierno de la mano de EE.UU.
(*) Presidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas –FELAP-