Ante los bombardeos, el tormento extremo, ha llevado a muchos padres palestinos a escribir, con rotuladores de tinta indeleble, el nombre y apellido sobre los cuerpos de sus hijos. Un último escudo del desesperado intento por conservar alguna célula de identidad humana, en el marco de los crímenes de guerra contra los gazadíes. Lo han revelado médicos de distintos hospitales, que asisten a las víctimas de la incursión militar de Israel en la Franja de Gaza, en respuesta al ataque de Hamas del 7 de octubre.
Hasta hace horas, la escalada israelí ha causado la muerte de más de 10.600 personas. De ellas, más de 4.500 son niños, de acuerdo a la información de las autoridades gazadíes.
El saldo tiene correlación con la composición de la población de Gaza. De los 2.200.000 de sus habitantes, registrados antes de los ataques, la mitad eran niños.
“Gaza se ha convertido en un cementerio de niños, que están muriendo a un ritmo alarmante y se les está negando sus derechos básicos”, advierte UNICEF. El organismo para las infancias de Naciones Unidas reitera, además, su pedido de “alto el fuego inmediato y un acceso humanitario ininterrumpido para que la ayuda llegue a los niños, niñas y familias necesitadas”.
Israel, que en las últimas horas atacó centros de refugiados y varias unidades de asistencia, ha cortado el suministro eléctrico desde el inicio de su incursión militar, lo que ha generado que los hospitales no tengan los recursos elementales para el funcionamiento de quirófanos, respiradores y salas de neonatología. En las últimas horas las cirugías se practican sin anestesia, según lo revelan fuentes médicas.
La falta de electricidad, incluso, ha sacado del circuito operativo a las plantas desalinizadoras de agua. No hay agua potable y las personas beben de pozos contaminados e incluso del mar.
El “castigo colectivo” impide, también, el ingreso regular de los camiones, con miles de toneladas de alimentos y medicamentos, frenados en los pasos fronterizos.
En este contexto de brutal menoscabo por la condición humana, que implican los crímenes de guerra, los niños de Gaza, aún cuando conserven sus vidas, nunca saldrán ilesos.